Puede dejarte sin aliento ver a un perro con una mochila sobrecargada, una copia oscura de un sombrero panamá en la cabeza y una cámara Nikon alrededor del cuello. Pero no importa cómo luzcamos, todos somos turistas para alguien. Y los españoles nos lo recuerdan con un apodo no tan agradable que les gusta poner principalmente a los turistas británicos, franceses y alemanes, pero en realidad también a todos los demás.
Esta isla, conocida por todos, quiere gravar a sus turistas:
El cliché turístico perfecto
“¡Mira estos guiris!”. Si escuchas estas palabras en una esquina de Barcelona. Detente y pregúntate. Le acaban de llamar simple turista. El Guiri viaja la mayor parte del tiempo a Madrid, Barcelona, Málaga, Benidorm e Ibiza. Cree respetar las costumbres locales, pero hace todo lo contrario. Sólo habla inglés o francés, su cara está enrojecida por el sol debido a la piel de alabastro que lleva todo el año, hace ruido y empieza a beber más de la cuenta en cuanto brilla el sol. El va a la cama. ¿No es España el país más fiestero? Al parecer, su comportamiento tiene la capacidad de molestar a los lugareños, quienes no dudan en burlarse de su ingenuidad y falta de decencia utilizando este seudónimo ligeramente burlón.
Sin embargo, el término “Guiri” no siempre se utilizó para describir a un turista. La palabra apareció durante las Guerras Carlistas del siglo XIX, guerras civiles que luchaban por el trono. Las fuerzas vascas lucharon entonces contra los “cristinos”, los seguidores de la reina Cristina. Pero en sus bocas el acento sonaba más a “guirisitino”. De esta distorsión fonética surge la palabra “guiri”. Señaló a los soldados del gobierno. Por tanto, durante el período franquista, el término se utiliza para describir a la policía bajo las órdenes de Franco. Con el desarrollo del turismo, el cambio semántico ha pasado de enemigo autoritario a turista extranjero. Se refiere a aquellos que reconocemos de lejos y de cuya apariencia y gestos molestos nos burlamos suavemente.
¿Cómo evitar que nos confundan con un “Guiri”?
Sin embargo, la buena noticia es que el medio español El Local nos cuenta que también puede ser una expresión de cariño. Cuando murió Michael Robinson, un exfutbolista británico que vivió en España durante décadas, los periódicos locales y nacionales titularon «el guiri más querido de España». Para no parecer tan peyorativos o simpáticos como «Guiri», Equinox Magazine, el informativo de Barcelona en francés, nos da algunos consejos específicos de Barcelona, pero que sin duda se aplican al resto de España.
Lo primero es abandonar la costumbre de pensar que todos los residentes entienden inglés o francés. Entonces evitamos definitivamente los batidos de La Boquería y especialmente la famosa Rambla, que en temporada alta está constantemente llena de gente. ¿Otra actitud que irrita especialmente a los lugareños? Los turistas que se detienen en mitad de la calle para fotografiar la arquitectura de un edificio o de un mirador provocan grandes atascos. Tampoco más bañadores en la ciudad, aunque la playa esté a un paso. También disipamos estereotipos, especialmente la idea de que todos los restaurantes españoles venden paella. No son prerrogativa de la gastronomía local.
¿Qué es el vuelo turístico, esta nueva preocupación entre los viajeros?
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