El expresidente panameño Ricardo Martinelli (2009-2014), imputado por escuchas telefónicas ilegales, y el excongresista José Luis Varela, hermano del expresidente Juan Carlos Varela (2014-2019) y presunta víctima de escuchas telefónicas ilegales, se encuentran dentro de este lunes en el marco de el proceso.
La riña entre los dos políticos, en la que no faltaron presiones, denuncias mutuas y fuertes improperios, se produjo a la salida del juzgado, donde Martinelli fue procesado durante su mandato por presuntamente ilegal escuchas telefónicas.
«Son irrespetuosos, son ladrones … narcotraficantes, Narcovarela! Y dime algo más porque yo lo probaré … y ese hijo de puta me está demandando», espetó Martinelli al ex diputado.
El magnate de los supermercados, conocido en política como «el loco», fue aún más lejos y aseguró con el puño en alto que el exparlamentario «se lo merecía».
«Cobarde, ayyy … cueco (homosexual) que eres, cueco», soltó Varela Martinelli, abriendo y cerrando los dedos de sus manos en señal de lo que se conoce en la jerga panameña como «culillo» (miedo).
Sobre el supuesto intercambio de golpes con Martinelli que se produjo en las instalaciones de la cancha, Varela manifestó: «Él tiró y golpeamos, golpeamos, él me tiró y yo lo pateé. ¡Lo pateé bien!».
Varela dijo a la prensa que el expresidente estaba «enormemente molesto» por la situación que atraviesa, «perseguido por el Poder Judicial» y por los niños presos en Guatemala, y dijo: «No lo odio, lo siento por él y por mí». ten piedad de él. Qué vergüenza «.
El exdiputado Varela culminó este lunes en un contrainterrogatorio de tres días como presunta víctima del pinchazo ilegal, en el que reconoció alrededor de una decena de pruebas documentales y transcripciones de sus conversaciones intervenidas, según un comunicado publicado en sus redes sociales.
El nuevo juicio oral contra Martinelli por el caso de espionaje político comenzó el pasado mes de julio, con un mes de retraso respecto a la fecha prevista, por dos suspensiones y tras la anulación del primero, en el que fue declarado «no culpable».
Martinelli, quien describe el juicio como un «engaño político», enfrenta ocho años de prisión por dos delitos: escuchas telefónicas de telecomunicaciones; y vigilancia, persecución y vigilancia sin autorización judicial.
El expresidente de 69 años está acusado de pinchar las telecomunicaciones de unas 150 personas, entre empresarios, políticos rivales e incluso sus aliados y periodistas.
En Panamá, Martinelli está imputado además de este caso y no se le permite salir del país en relación con el caso Odebrecht, por el cual fue imputado por el delito de lavado de activos, como en el caso «Nuevos Negocios» en relación con el compra de una empresa de medios.
Dos hijos del expresidente panameño, Ricardo Alberto y Luis Enrique Martinelli Linares, llevan más de un año detenidos en Guatemala tras una solicitud de extradición de Estados Unidos por los sobornos en el caso Odebrecht.
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