El vehículo se estrelló muy cerca del albergue tras recorrer casi 700 kilómetros en casi 14 horas.
– Canal triturada –
Más de 20 personas resultaron heridas en el accidente, según la subdirectora de Migración, María Isabel Saravia.
También dijo que en el autobús viajaban 66 migrantes, incluidos 20 menores de edad, así como dos conductores, uno de los cuales murió.
“Esta noticia es lamentable para Panamá y la región. El gobierno extiende sus condolencias a las familias de los fallecidos en este accidente y reafirma su compromiso de continuar brindando asistencia humanitaria y condiciones dignas a los migrantes”, tuiteó el presidente panameño.
No se especificaron las nacionalidades de los migrantes, pero el canciller cubano, Bruno Rodríguez, tuiteó que los cubanos estaban entre las víctimas.
El autobús era uno de los fletados por el gobierno panameño para llevar a los migrantes a Costa Rica, quienes tienen que pagar $40 por el viaje.
Los autobuses suelen circular de noche «porque hay menos tráfico», aprovechando las horas «más frescas», dijo Gozaine.
“Según información preliminar, el conductor se saltó la entrada al albergue” donde se suponía que debía detenerse, y el accidente ocurrió cuando intentaba dar la vuelta, agregó.
Según declaraciones a los medios de comunicación de Edgar Guerra, copiloto del microbús implicado en el accidente, durante la maniobra el autocar se estrelló en un carril inferior, golpeando una roca y su vehículo.
“Lo vimos venir, nos tiramos debajo de los asientos, el conductor y yo, y eso no nos pasó”, agregó.
El susto fue severo, como lo demuestran las fotos de los restos proporcionadas por los servicios de rescate, que muestran un cadáver hecho jirones.
– Camino peligroso –
El número de migrantes irregulares que llegan a Panamá por tierra a Estados Unidos casi se ha duplicado en un año, alcanzando un récord de 248.000 en 2022, más de la mitad de los cuales eran venezolanos, según el Servicio de Migración de Panamá.
Ecuatorianos, haitianos y cubanos, así como africanos y asiáticos, también intentan ingresar a Estados Unidos por esta peligrosa y larga ruta.
Los migrantes llegan a Panamá después de cruzar la Selva del Darién, que se extiende a ambos lados de Colombia y Panamá y no tiene caminos, a pie y con riesgo de sus vidas. Durante este viaje, se enfrentan a los peligros de esta selva montañosa y pantanosa de 266 km de largo.
Sus enemigos no son solo las serpientes y los mosquitos, sino también las bandas criminales que les roban. Muchos de ellos han desaparecido así en la selva mientras mujeres y adolescentes son violadas.
Según el director del Instituto Panameño de Medicina Legal, José Vicente Pachar, al menos 60 migrantes murieron el año pasado intentando cruzar el Darién.
El gobierno panameño, en cooperación con agencias de la ONU y organizaciones no gubernamentales, ha establecido campamentos para recibir a los migrantes que salen de Darién.
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