Al menos 39 personas, la mayoría inmigrantes indocumentados en los EE. UU., que acababan de sobrevivir a una peligrosa travesía por la jungla, murieron en un accidente de autobús en Panamá el miércoles, dijeron las autoridades.
María Isabel Saravia, subdirectora de Migración en Panamá, dijo que 28 personas también resultaron heridas en el accidente.
El autobús se estrelló en un barranco a unos 400 kilómetros al oeste de la capital, Ciudad de Panamá, y chocó contra un microbús, dijo el Servicio Nacional de Migración en un comunicado de prensa.
Dijo que los heridos, incluidos niños, estaban siendo tratados en varios hospitales y clínicas y que el último número de muertos se basaba en «información preliminar».
Saravia dijo que había 66 personas en el autobús, lo que significa que al menos una víctima probablemente era del vehículo que golpeó. Ella dijo que 20 de los que estaban en el autobús eran menores de edad.
Unicef dijo en un comunicado a la AFP que al menos tres niños estaban entre los muertos.
El autobús transportaba a migrantes que habían cruzado el Tapón del Darién, una inhóspita zona selvática en la frontera con Colombia.
Se dirigían al oeste hacia Costa Rica, y desde allí tenían la intención de continuar su viaje a través de América Central y México hasta los Estados Unidos.
El autobús había recorrido casi 700 kilómetros en poco menos de 14 horas y se dirigía a un albergue en Gualaca, cerca de la frontera con Costa Rica, donde los pasajeros descansarían antes de continuar su viaje.
Los medios locales dijeron que el accidente ocurrió cuando el conductor dio la vuelta al autobús después de perderse el albergue.
Aparentemente, el vehículo se salió de la carretera en una curva y cayó por un barranco, golpeando una roca y una camioneta en una carretera debajo.
“Lo vimos venir y nos agachamos debajo de los asientos, el conductor y yo, así que no nos pasó nada”, dijo a los medios locales Edgar Guerra, una de las dos personas en la camioneta.
No se revelaron las nacionalidades de los ocupantes, pero el canciller cubano, Bruno Rodríguez, dijo en Twitter que había cubanos entre los muertos.
– ‘Gran tristeza’ –
El presidente Laurentino Cortizo tuiteó su «gran tristeza» al enterarse del accidente.
«Esta es una noticia lamentable para Panamá y la región», dijo, ofreciendo las condolencias de su gobierno a los familiares.
“Equipos del Gobierno están trabajando arduamente en el terreno, brindando asistencia médica a los sobrevivientes de esta tragedia”, agregó el Presidente.
Varias personas fueron trasladadas en ambulancia a un hospital en David, la capital de la provincia de Chiriquí, según las autoridades.
Entre ellos había 10 niños de entre cuatro y 11 años, incluidos tres en «estado crítico», dijo el director del hospital, Johny Parra.
Miles de migrantes que llegan a través de Colombia arriesgan sus vidas cada año mientras se abren paso a través del denso y pantanoso Tapón del Darién, una zona selvática sin caminos repleta de vida silvestre, ríos peligrosos y bandas criminales.
Al menos 60 migrantes murieron cruzando el Tapón del Darién el año pasado, frente a los 50 de 2021, según José Vicente Pachar, director general del Instituto de Medicina Legal y Forense de Panamá.
La topografía impenetrable significó que los planes para construir una sección faltante de la Panamericana a través del Tapón de Darién nunca se materializaron.
– Riesgos –
A pesar de los peligros, la cantidad de inmigrantes irregulares que llegan a Panamá en ruta a Estados Unidos casi se ha duplicado a un récord de 248.000 en 2022, informaron funcionarios de inmigración el 1 de enero.
Más de la mitad eran venezolanos, el resto ecuatorianos, haitianos y cubanos, además de gente de África y Asia.
El gobierno de Panamá, en cooperación con las agencias de las Naciones Unidas y organizaciones de ayuda, ha establecido campamentos para brindar asistencia humanitaria a los migrantes que llegan.
En su tuit, Cortizo reiteró el «compromiso de su gobierno de seguir brindando asistencia humanitaria y condiciones dignas para atender la migración irregular».
Las autoridades panameñas ayudan a transportar a cientos de migrantes en autobuses privados desde la frontera con Colombia hasta Paso Canoas en la frontera con Costa Rica todos los días.
Es un viaje de unos 700 kilómetros y unas 10 horas, para el que los migrantes compran un billete.
“Es lamentable este accidente de tránsito, son personas que buscan mejores condiciones de vida”, dijo a Telemetro la directora nacional de Migración de Panamá, Samira Gozaine, quien resaltó los riesgos que corren las personas en el trayecto.
Ella dijo que los autobuses de migrantes a Paso Canoas generalmente funcionan de noche cuando hay menos tráfico y las condiciones son más frescas.
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