Al menos 10.000 migrantes venezolanos que se dirigían a Estados Unidos vía Panamá se encuentran actualmente reunidos en un lugar en el norte de Colombia, dijeron las autoridades locales el lunes (10 de octubre).

Estos migrantes están varados en Necoclí en la costa del Golfo de Urabá en el Mar Caribe, dijo a la prensa colombiana el defensor local de derechos humanos Wilfrido Menco. Esperan a que los barcos crucen este golfo para llegar al pueblo fronterizo de Acandí, desde donde planean comenzar la peligrosa travesía del Darién, una densa jungla de montañas fronterizas entre el norte de Colombia y Panamá. «No hay más boletos para los barcos lanzadera» a Acandí, dijo Wilfrido Menco.

Esta región ha visto en las últimas semanas una afluencia sin precedentes de migrantes, en su gran mayoría venezolanos, que quieren cruzar toda Centroamérica para llegar a Estados Unidos. Más de 160.690 inmigrantes han transitado por el Darién desde principios de año “Los flujos migratorios han aumentado significativamente”según el ministro del Interior de Panamá, Juan Pino, quien dijo que estaba «impresionado por esta multitud del sur y el silencio de los países de donde viene esta migración».

Unos quince autobuses cada cuatro horas

Este flujo de los ocho primeros meses del año ya es superior al registrado para todo 2021 (133.000), que ya superó al de toda la década anterior. Las estadísticas se han disparado desde julio y, a pesar de que la temporada de lluvias dificulta aún más el cruce, alcanzaron su punto máximo solo en septiembre con 48.000 cruces. A Necoclí, que tiene 45.000 habitantes, llegan cada día unos 2.500 migrantes, en su mayoría venezolanos, a razón de unos quince buses cada cuatro horas, que dejan a sus pasajeros en el puerto, preocupa Wilfrido Menco.

Colombia está en el camino de muchos migrantes en ruta hacia América del Norte, incluidos haitianos, cubanos, pero también algunos africanos y asiáticos. La última afluencia repentina de exiliados a través del Darién a fines de 2021 fueron en su mayoría haitianos. No se sabe por qué los venezolanos en particular se están aventurando actualmente en esta odisea. Pero cruzar el Darién a pie, una jungla montañosa infestada de serpientes salpicada de barrancos y pandillas criminales desenfrenadas, sigue siendo particularmente peligroso y lleva de tres a cuatro días.