Según el FMI, los recientes ataques a barcos en el Mar Rojo y una grave sequía en el Canal de Panamá han afectado el comercio mundial y han provocado importantes ralentizaciones y desvíos del tráfico marítimo.
Estas interrupciones han resultado en tiempos de entrega más largos y costos de envío más altos, lo que ha impactado a empresas de todo el mundo.
Según datos de la plataforma PortWatch del FMI, los volúmenes comerciales en rutas marítimas clave se han visto significativamente afectados, lo que plantea un desafío para las cadenas de suministro y la actividad económica.
Los ataques a barcos en la zona del Mar Rojo han interrumpido el tráfico a través del Canal de Suez, una ruta marítima clave entre Asia y Europa.
Dado que alrededor del 15 por ciento del comercio marítimo mundial normalmente pasa por esta ruta, las interrupciones obligaron a varias compañías navieras a desviar sus barcos alrededor del Cabo de Buena Esperanza, extendiendo los tiempos de entrega en un promedio de 10 días o más.
Esta reestructuración ha afectado particularmente a las empresas con inventario limitado y ha exacerbado los desafíos de la cadena de suministro.
Al mismo tiempo, el Canal de Panamá enfrenta severos desafíos debido a una severa sequía, lo que llevó a las autoridades a imponer restricciones que han llevado a una reducción significativa en los tránsitos diarios de barcos desde octubre del año pasado.
Esta desaceleración del comercio marítimo en otro punto de estrangulamiento clave, que representa alrededor del cinco por ciento del comercio marítimo mundial, ha exacerbado las perturbaciones en las rutas comerciales globales.
Estos acontecimientos han generado preocupaciones sobre las interrupciones prolongadas de la cadena de suministro y las presiones inflacionarias a medida que los costos de envío se disparan debido a los tiempos de tránsito más prolongados.
Los datos de la plataforma PortWatch del FMI muestran cambios importantes en los volúmenes comerciales en rutas marítimas clave.
El volumen de comercio que pasa por el Canal de Suez experimentó una asombrosa disminución interanual del 50 por ciento en los primeros dos meses del año, mientras que el volumen comercial alrededor del Cabo de Buena Esperanza fue aproximadamente un 74 por ciento mayor que el año pasado.
Además, los volúmenes de comercio en tránsito a través del Canal de Panamá cayeron casi un 32 por ciento en comparación con el año anterior, lo que pone de relieve el alcance de la interrupción de las rutas comerciales globales.
El impacto de estas interrupciones va más allá de los retrasos en los tiempos de entrega y el aumento de los costos de envío.
La disminución de las escalas portuarias en regiones clave como el África subsahariana, la Unión Europea y Oriente Medio refleja el impacto temporal de los tiempos de transporte más prolongados.
Esto, así como posibles retrasos en el registro de importaciones y exportaciones debido a envíos redireccionados, complica los esfuerzos por evaluar la verdadera dinámica del comercio y la actividad económica globales.
Estos desafíos pueden provocar distorsiones en las estadísticas oficiales sobre las importaciones y exportaciones registradas y en las evaluaciones de impacto del desempeño económico y los ingresos fiscales de los países afectados.
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