La Junta pretende restablecer la soberanía sobre la zona del Canal, por Jean-Claude Buhrer (Le Monde Diplomatique, febrero de 1972)

mino A principios de este año, la cuestión del estatus del canal interoceánico está más que nunca en el centro de la actualidad política en la República de Panamá. Desde junio del año pasado se reanudan las negociaciones con Estados Unidos para revisar el tratado de 1903 que regula las condiciones de uso de la vía fluvial. En este ámbito, más que en otros, el régimen militar del general Omar Torrijos, en el poder desde el golpe de octubre de 1968, ha adoptado una postura decididamente nacionalista y no pierde ocasión para reiterar lo que llama « Derechos inalienables » de Panamá en el canal.

De hecho, en círculos oficiales se explica que el descontento de los panameños se remonta a la fecha de la celebración del tratado que permitió la construcción del canal, firmado el 18 de noviembre de 1903, quince días después de la proclamación de la independencia del país. Mediante este acuerdo, que como se mencionó no fue negociado sino impuesto al nuevo estado, Panamá otorgó a Estados Unidos el uso, ocupación y control de una franja de su territorio a perpetuidad. Aunque el tratado de 1903 fue revisado en 1936 y 1955, la Zona del Canal aún queda fuera de la soberanía y jurisdicción de Panamá.

Un viaje a la zona transporta mágicamente al visitante a otro mundo: parece como si un pedazo de territorio estadounidense hubiera sido trasladado a ambas orillas del canal. En esta delgada franja de tierra todo está dibujado con líneas de tiza, las paredes de los edificios son de un blanco brillante, los jardines son verdes y la vida se desarrolla según un orden bien ensayado y cronometrado. Llama la atención el contraste con el resto del país, que se caracteriza por una atmósfera de euforia tropical.

Para los panameños se creó así un estado dentro de un estado en el centro de la República, con una administración diferente encabezada por un gobernador designado por Washington, con policía, leyes y tribunales norteamericanos, mientras la bandera (…)

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Augusto Llanos

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