Después de un largo período de agitación, esta aventura en el fin del mundo puede permitir a Les Bleues recuperar su imagen. Los Tricolores, que en la edición anterior fueron eliminados en cuartos de final en casa y, por tanto, quedaron fuera de los Juegos Olímpicos, han subido el listón al alcanzar las semifinales de la Eurocopa 2022. Sin embargo, el palmarés deportivo ha pasado a un segundo plano. Los recurrentes cuestionamientos de la dirección sobre Corinne Deacon y sus espinosas relaciones con ciertos jugadores, en particular el clan Lyon, desembocaron en un conflicto abierto y desembocaron en la dimisión voluntaria o sufrida de varios directivos. Su caída tras la abdicación de Noël Le Graët marcó también el comienzo de una nueva era.
Ganador de dos Copas Africanas de Naciones y con fama de líder, Hervé Renard está ahora al frente de la Casa Azul. Además de la revocación del exiliado, el ex entrenador del Lille envió un mensaje claro al situar la unidad en el centro de su filosofía. Al frente de una plantilla densa y talentosa, también quiere contar con líderes revanchistas como Amandine Henry, Wendie Renard o Eugénie Le Sommer, cuya experiencia será de gran utilidad en los grandes acontecimientos. El nuevo entrenador no ha levantado paraguas y tiene grandes ambiciones, apuntando a las semifinales que no se alcanzan desde 2011.
Después de un calentamiento contra Jamaica y luego contra Panamá, las Bleues afrontarán un gran desafío contra Brasil de la mano de Marta, que participará en su sexto Mundial. Las inglesas, campeonas europeas y la importante estadounidense Megan Rapinoe, campeona defensora, podrían entonces frustrar su búsqueda de redención, al igual que la España, Alemania o las naciones escandinavas de Alexi Putellas.
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