El primer ministro ya no tiene mayoría, el ejército le es hostil y la asamblea ha sido disuelta.
Nueva Delhi
Imran Khan, la ex estrella del críquet convertida en primer ministro de Pakistán, no ha perdido su agresividad y voluntad de ganar a toda costa. La Asamblea Nacional se reunió el domingo para votar la moción de censura hacia él. Su coalición se ha roto desde que sus aliados lo abandonaron. Una veintena de diputados ya no lo quieren en las filas de su partido, el PTI. La solicitud tiene todas las posibilidades de ser aceptada. Excepto eso…
Para sorpresa de todos, el Presidente de la Asamblea Nacional declaró inconstitucional la moción y destituyó a los diputados como un maestro despide a sus alumnos. La oposición apeló inmediatamente a la Corte Suprema, que se hizo cargo del caso. Mientras tanto, el Presidente de la República disolvió la Asamblea, lo que resultó en la renuncia del gobierno. Imran Khan seguirá siendo primer ministro interino a la espera de las elecciones anticipadas a menos que la Corte Suprema restablezca la legalidad de la moción de censura y lo expulse.
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Crisis…
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