Los ministros de finanzas del G20 se reunieron por primera vez bajo la presidencia de Indonesia apenas una semana antes de que Rusia invadiera Ucrania. Al final de la reunión dieron una comunicado conjunto que, entre otras cosas, reconoce que “la implementación efectiva de la [global anti-money laundering] Los estándares son fundamentales para generar estabilidad y confianza en los mercados financieros, frenar la corrupción y garantizar una recuperación sostenible e inclusiva”.
Los comunicados tradicionales del G20, si bien no son legalmente vinculantes, no son insignificantes. Ayudarán a dar forma a las discusiones en la Cumbre de Líderes más adelante en el año y pueden servir como modelo para la acción global.
Pero cuando algunos miembros del G20 quisieron criticar específicamente las acciones de Moscú en comunicados posteriores, surgieron rápidamente divisiones.
En abril, representantes de Canadá, Reino Unido y Estados Unidos se declararon en huelga cuando el delegado ruso habló en la reunión de ministros de finanzas del G20. No en vano, la reunión no produjo un comunicado oficial.
A principios de julio, las discusiones sobre el multilateralismo llegaron a un punto crítico en la reunión de ministros de Relaciones Exteriores del G20 después de que el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergey Lavrov, sancionado por varios miembros del G20, salió de la sala mientras su homóloga alemana, Annalena Baerbock, tomaba la palabra para condenar las acciones de Rusia en Ucrania. De nuevo no hubo comunicado.
A pesar de los anfitriones indonesios”Tratando duro“, las reuniones de los meses siguientes tampoco desembocaron en comunicados conjuntos.
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