El carnet de vacunación, que he escrito en varios artículos en un futuro próximo desde principios de 2021, que ratifico hoy, debe ser un requisito obligatorio para poder ingresar a lugares públicos, lugares de trabajo, centros comerciales, iglesias, bares, restaurantes, hospitales, en definitiva, donde podría haber un posible contagio de este mortal virus que ataca al mundo.

Trabajemos juntos para ayudar a las autoridades a defender sus roles como responsables de la salud, el bienestar público y la situación de la salud, implementando lo que establece nuestra constitución cuando el país declara el estado de emergencia, cómo es hoy. .

Si bien el MINSA cumple con la importación de más de 6 millones de viales contra COVID19, brinda al país un equipo de salud, brinda todas las facilidades logísticas para vacunarnos gratuitamente, aún no se ha determinado un porcentaje pequeño pero significativo ya que continúa el contagio. y quienes no han sido vacunados corren mayor riesgo de verse afectados de manera frecuente de muerte, lo cual es preocupante dada la grave crisis de salud en Panamá.

La imprevisible confusión persiste ante tantos mensajes informales que traen incertidumbre y duda, limitan sus acciones por el bien de su salud y la de sus familiares, los de los hospitales, los pacientes que no quisieron vacunarse.

Las pruebas están ahí, todo el mundo quiere que Panamá se libere pronto de esta pandemia y que nuestra economía florezca en beneficio de esta población que ha sido golpeada en estos dos años. En épocas anteriores, cuando la población mundial estaba diezmada por la tuberculosis, la fiebre amarilla, la poliomielitis, incluido Panamá, se ordenó la vacunación como una necesidad urgente.

En el XXI. En el siglo XIX, cuando la ciencia estaba tan avanzada, luego de observar los ejemplos de países desarrollados en Europa, Estados Unidos y América Latina donde aceptaban vacunas, pensamos ¿por qué no nosotros? Vacúnese … Salve su vida.

Tita Méndez de Castro
Abogado-periodista
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