En el noreste de Panamá, una larga y estrecha franja de 2.400 km² forma el territorio Guna Yala. Los indios Kuna que vivían allí fueron los primeros en obtener la independencia en América Central. «Gracias a nuestros abuelos, aquí estamos en casa», dice Anselmo.

De cabello negro azabache y piel bronceada por el inclemente sol panameño, el pescador habla español con un marcado acento. Se refiere al levantamiento de 1925 que le dio a la nación Kuna su autonomía económica y administrativa. El consejo todavía decide hoy sobre las reglas de vida de la comunidad. La kuna rondaría los 50.000.

La mayoría de las familias viven en el Archipiélago de San Blas. Esta cadena de más de 360 ​​islas se extiende a pocos kilómetros de la costa panameña. Tanto es así que es posible en una hora en lancha rápida, u ocho horas en bote de remos, llegar a este pedazo de paraíso exquisitamente conservado: islas de arena blanca cubiertas de cocoteros y bordeadas por aguas repletas de peces.

Los indios mantienen y utilizan sus cocoteros. Conservan tradiciones y una forma de vida de gran sobriedad. «Cazamos, pescamos y la mayoría de nosotros somos dueños de fincas (granjas) en el continente», dice Dos Santos, uno de los propietarios de la isla Chichi Mai. Dos Santos explica que las bodas todavía las organiza la comunidad. La joven pareja vive con la familia de la novia, que ayuda a mantener la propiedad.

Los kunas permiten a los visitantes ingresar gradualmente a su territorio por un permiso de $30. Unas sesenta islas con sencillas cabañas como casas están habitadas durante todo el año. Con un auténtico sentido de la hospitalidad, los Kunas invitan al viajero a descansar bajo la sombra de los cocoteros, tomar una cerveza fría y disfrutar del pescado a la parrilla.

Los indios exhiben sus más bellas molas, piezas de tela cuidadosamente cortadas, cosidas y bordadas. Estos petos de vivos colores, cuya confección lleva varias semanas, representan figuras geométricas, plantas y animales.El reconocimiento internacional de esta artesanía ha fortalecido el lugar de la mujer en la comunidad kuna.

Alexie Valois