Creciente agua: los nativos abandonan su isla caribeña

Es una pequeña isla frente a la costa de Panamá. Sus residentes, poco más de mil nativos kuna, se apiñan en la orilla en condiciones extremadamente precarias. El inexorable aumento del nivel del mar los llevó a asentarse en tierra.

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Visto desde el cielo, es una maraña de tejados rojos, azules y grises, entre los que podemos ver caminos de tierra y algunos árboles raros aquí y allá. El mar por todas partes.

Carti Sugdupu es una de las 365 islas del archipiélago de la Comarca indígena Guna Yala en el noroeste de Panamá. Unas cincuenta, todas ellas entre 50 cm y un metro sobre el nivel del mar, están habitadas.

Algunas son diminutas, como Carti Sugdupu, del tamaño de cinco campos de fútbol.




Foto Luis ACOSTA/AFP

Sus habitantes se ganan la vida con la pesca, el turismo y la producción de yuca y plátano en el continente. Las condiciones de vida allí son muy precarias: no hay agua potable, ni instalaciones sanitarias y no hay electricidad.

El agua en el continente se recoge directamente de los ríos o se compra en las tiendas. La electricidad proviene de un generador público que sólo funciona unas pocas horas por la noche. Sólo unos pocos tienen su propio generador o paneles solares. Unas sencillas cabañas al final de un pontón sirven como baños.

Los pisos de las casas son de tierra, las paredes y techos de madera o chapa. Y para colmo, el nivel del mar sigue aumentando.



Creciente agua: los nativos abandonan su isla caribeña

Foto Luis ACOSTA/AFP

«Nos dimos cuenta de que la marea estaba subiendo», dijo a la AFP Magdalena Martínez, una profesora jubilada de 73 años, mientras tejía una prenda tradicional en la casa familiar.

“Creemos que moriremos, sabemos que esto sucederá durante muchos años, pero pensamos en nuestros hijos, tenemos que encontrar algo (…) donde puedan vivir en paz”, explica.

El gobierno y la comunidad indígena trabajan desde hace más de una década en un proyecto para reasentar a 300 familias en el continente.



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Magdalena Martínez

Foto Luis ACOSTA/AFP

«Isla flotante»

Al problema de la “superpoblación” se suma el problema del “creciente del agua”, enfatiza Marcos Suira, funcionario del Ministerio de Vivienda de Panamá.

“Con el aumento del nivel del mar, consecuencia directa del cambio climático, casi todas las islas quedarán desiertas a finales de siglo”, asegura Steven Paton, científico del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI, con sede en Panamá).

“Algunas de las islas inferiores (…) se inundan todos los meses con la marea alta”, señala. Según el gobierno, Carti Sugdupu se extinguirá a más tardar en 2050.

La temporada de lluvias agrava aún más la situación. “La isla está casi flotando en este momento, hay inundaciones, eso nos afecta”, se queja Braulio Navarro, profesor de la escuela primaria de la isla.



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Foto Luis ACOSTA/AFP

El hombre de 62 años se prepara para mudarse al continente con su familia. “Quiero irme rápido porque sé que allí tendremos electricidad las 24 horas del día, habrá ventiladores y aire acondicionado, será un gran beneficio para mi familia”, añade.

Un informe reciente de la ONG Human Rights Watch lamenta la falta de espacio “para ampliar el espacio habitable o para que los niños jueguen”. «Las inundaciones y tormentas han dificultado aún más la vida en la isla, afectando la vivienda, el agua, la salud y la educación», afirmó.

Las 300 familias se alojarán hasta principios de 2024 en un terreno forestal de 22 hectáreas, cerca de su antigua isla.



Creciente agua: los nativos abandonan su isla caribeña

Una vista aérea de la isla Carti Sugdupu.

Foto Luis ACOSTA/AFP

Cada familia recibe un terreno de 300 m2, una casa de 49 m2 con dos habitaciones, un baño, comedor y cocina, además de agua potable y electricidad. Puedes ampliar tu casa y empezar un huerto. Se está construyendo una escuela.

“Estamos contentos”, asegura Nelson Morgan, máxima autoridad indígena de la comunidad.

Magdalena Martínez sueña con una casa donde pueda “vivir con dignidad”, aunque sabe que extrañará su isla. “Estoy feliz, pero también nostálgico. porque aprendí a vivir en la isla y dejé allí muchos sueños y lágrimas”.

Fernándo Arocha

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